“Un 40% de todos los tumores masculinos y un 60% de todos los tumores femeninos tienen relación con la alimentación y más del 30% de las muertes por cáncer se deben a esta misma causa”. Así de contundente se muestra Carmen Moreno, bióloga, que ha dedicado toda su carrera a la investigación clínica oncológica en el Instituto Nacional del Cáncer y como profesora, ya retirada, en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid. “Hay evidencias suficientes para considerar que la dieta está directamente implicada en la iniciación y desarrollo, o en los mecanismos de protección, de diversos tipos de tumores”, añade.
Nos encantaría poder decir que el remedio contra el cáncer se encuentra en una planta que solo crece en lo más profundo de la selva del Amazonas, pero no es posible. Eso solo pasa en el cine, con Sean Connery como protagonista (‘Los últimos días del Edén’). Desde hace años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene advirtiendo del potencial cancerígeno de algunos alimentos, como la carne procesada, embutidos o ahumados, e incluso de las bebidas que se toman muy calientes (por encima de 65 °C). Pero, al contrario, no hay fórmulas mágicas ni bálsamos de Fierabrás contra el cáncer.
«Más del 30% de las muertes por cáncer tienen relación con la alimentación», asegura Carmen Navarro, investigadora
Ahora bien, “algunos alimentos y partes de alimentos pueden ayudar a prevenir la enfermedad”, como también confirma la American Society of Clinical Oncology, en su último informe de 2017. “En Asia hay 30 veces menos casos de cáncer de próstata y 10 veces menos casos de cáncer de mama”, nos cuenta la doctora Moreno. El motivo podría estar en su alimentación y en “el consumo diario de soja, lo que supone una espléndida dosis de fitoestrógenos que llevan al organismo a producir menos estrógenos”, explica.
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) da unas pautas muy claras. Recomienda huir de la obesidad, hacer ejercicio, llevar una dieta sana y equilibrada rica en fibra, frutas y verduras y reducir al mínimo el consumo de grasas, azúcar y alcohol. Carmen Moreno, también autora del libro ‘Gastronomía y oncología’ advierte contra los suplementos farmacológicos para prevenir el cáncer: “Se ha demostrado que pueden ser peligrosos y tener un efecto totalmente opuesto al deseado”.
20 aliados contra el cáncer
“Existen cuatro grupos principales de anticancerígenos en la alimentación: la fibra; las vitaminas C, E, D y A; minerales como el calcio, derivados del azufre, selenio, zinc o magnesio; y otros compuestos inhibidores de tumores como ácidos grasos omega 3, fitoestrógenos, betacarotenos, fenoles o alcaloides”, apunta la doctora Moreno. Lo mejor de todo es que los alimentos que nos pueden ayudar a dar esquinazo al cáncer no son superalimentos, no son exóticos ni exclusivos… Son, en su mayoría, productos cotidianos, económicos y presentes a diario en nuestro mercado. Estos son 20 aliados contra el cáncer.
“En Asia hay 30 veces menos casos de cáncer de próstata y 10 veces menos de cáncer de mama”. El motivo está en su dieta
- Tomate. Es fuente de salud. Reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, purifica el hígado, reduce el colesterol y, además, contiene grandes cantidades de licopeno, un fitoquímico responsable de su coloración rojiza, y de su capacidad para prevenir el cáncer de próstata.
- Calabaza. Como el tomate, la calabaza es una estupenda fuente de licopeno, un compuesto que potencia la acción de las vitaminas, minerales y fibra presente en la fruta y l3. Nueces. Consumir a diario un puñado proporciona vitamina E, derivados del azufre, magnesio y fitoestrógenos que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama.
- Frutos rojos. Ralentizan el crecimiento tumoral gracias a sus propiedades antioxidantes que inactivan los puntos en los que los carcinógenos se unen al ADN. De todos ellos, los arándanos presentan la mayor concentración de quercitina, uno de los flavonoides más estudiados por su actividad antitumoral.
- 5. El salmón y otros pescados azules como la trucha, la caballa o la sardina son ricos en vitamina D, selenio y ácidos grasos poliinsaturados omega 3 que inhiben los radicales libres, intervienen en el metabolismo de los estrógenos y disminuyen la proliferación celular, por lo que son buenos aliados contra el cáncer de colon, próstata y mama.
- El brócoli contiene agentes anticancerígenos como magnesio, cumarinas y alcaloides. Y, sobre todo, vitamina A, que protege frente a los tumores de pulmón, esófago, laringe, estómago y leucemia.
a verdura y que reduce el riesgo de padecer cáncer de próstata.
- Ajo. «Ajo, cebolla y limón, y olvídate de la inyección”, dice el refranero popular. Nuestras abuelas ya conocían las propiedades antisépticas y antibacterianas del ajo. Ahora también sabemos que contiene derivados del azufre y antioxidantes que protegen frente a determinados tipos de cáncer, como el de mama, pulmón y gástrico.
- Trigo y centeno. La fibra de algunos cereales favorece el tránsito intestinal capaz de arrastrar sustancias cancerígenas para el organismo. Ahora bien, tal y como recomienda la AECC, el pan, el arroz y la pasta, mejor si son integrales.
- Cúrcuma. La curcumina, el principal componente de esta raíz que se puede tomar fresca o seca y molida, es una las flavonas más estudiadas. Se ha demostrado su efecto protector en tumores experimentales de páncreas y colon y en el cultivo de células humanas de cáncer cerebral, de mama, esófago y colorrectal.
- Té verde. Es conocido por sus propiedades antioxidantes y por ser rico en polifenoles flavonoides. Tiene propiedades anticancerígenas y actúa como protector contra los efectos de la radiación.
- Aceite de oliva virgen extra. El oro líquido de la dieta mediterránea contiene vitamina E y D, así como polifenoles, con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El ambicioso estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), llevado a cabo durante doce años, concluyó que las mujeres que toman cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra al día ven reducido hasta un 68% el riesgo de desarrollar un cáncer de mama.
- Manzana. Volviendo al refranero popular, se dice que una ‘manzana al día mantendrá al doctor fuera de tu vida’. Los estudios sugieren que el consumo regular de manzanas podría ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer bucal, de esófago, colon, ovarios y próstata.
- Coles. Uno de los compuestos fitoquímicos inhibidores de tumores más estudiados son los indoles, cuya acción evita roturas del ADN y protege frente al cáncer de mama, estómago, hígado y próstata. Se encuentra principalmente en las coles, pero también en otras verduras como el nabo o los berros.
- Espinacas. Son de hoja verde y, por tanto, ricas en vitamina E, magnesio y también saponinas, cuyas propiedades antitumorales derivan de inducir a la destrucción directa de células cancerosas y tienen efecto inmunomodulador.
- Orégano. Es rico en fenoles, cumarinas, lactonas y, especialmente, carvacrol, un fitoquímico que, según se ha estudiado, induce a la muerte en las células tumorales del cáncer de próstata.
- Zanahoria y melocotones. Son una importante fuente de betacarotenos, un fitoquímico que ayuda en la prevención del cáncer de pulmón en personas no fumadoras. En el caso del melocotón, además, la Universidad de Texas, en Estados Unidos, está estudiando la capacidad de alguno de sus compuestos de combatir las células cancerígenas de forma selectiva, sin atacar a las células normales.
- Cítricos como la naranja, el limón o el pomelo. Contienen importantes cantidades de alcaloides que inhiben la unión al ADN de agentes cancerígenos como el benzopireno. Las naranjas, además, contienen terpenos, asociados, según la AECC, a la prevención de algunos tipos de cáncer.
- Algas comestibles oscuras, como el alga nori o la wakame, cuyo color se debe a la flucoxatina que contienen, cuentan con fitoestrógenos que inhiben –como se ha demostrado en cultivo– las mutaciones que producen muchos agentes cancerígenos.
- Setas, como las asiáticas maïtake, shitake, enoki o reishi, pero también nuestro tradicional níscalo, contienen lentinan, un fitoquímico que estimula el sistema inmunitario. Experimentalmente, se ha demostrado en cultivo que inhiben el crecimiento de sarcomas por el aumento de la respuesta inmune.
- Vino. Mantiene con el cáncer una compleja relación. La comunidad médica y la AECC recomiendan reducir el consumo de alcohol. Pero el vino contiene etanol y polifenoles, que ayudan a mantener una buena salud cardiovascular, así como resveratrol, que reduce el riesgo de padecer tumores intestinales. La clave es la moderación, un vaso al día