7 de octubre de 2024

 

 

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira

Cuando tengo dudas sobre algún

tema de leyes, consulto a un abogado,

porque en cuanto a justeza,

soy meridiano. –

Todos los llamados a saber lo saben, que las principales Ciudades no son el gran problema ni que la Ciudad Capital se circunscribe al Polígono Central, sino, que al igual que otras tantas ciudades, existe una amenaza tenebrosa, representada por la pobreza extrema, la que no se cura con limosnas o darles lisonjas a unos cuantos para que las mismas sean vistas como su salvación.

Esa aglomeración de miserias e inculturas son peores amenazas que una presa con fisuras, que todos ven las vetas de agua escurrirse, pero no toman las necesarias medidas para evitar el colapso de estas. Así y de peor manera, son nuestros barrios periféricos. Es como si se supiera que alguien posee una bomba con intención de detonarla e ignorar ese peligro.

En tanto, funcionarios de ahora y de antes, quizás imbuidos por sus “triunfos” políticos y mediáticos, dan y han dado la sensación de encontrarse en un estado mental de erección psíquica, que los hace pensar que el hedor es una embriagante sensación de superioridad, más bien, podríamos hasta decir, que parecen estar perennemente en un estado pleno de delirio paranoico, estén o no, en el Poder.

Y es que estos políticos, dan la sensación de que su deseo principal, es convertirnos en una peonza que solo gire en su derredor, sus deseos y sus intereses.

Pero las realidades van cambiando costumbres y creando nuevas doctrinas sin que estos personajes, aparentemente, se den por enterado y continúan con su mismo accionar en prácticamente todos los sentidos.

Por suerte, tuve la dicha que muchos se preocuparon por enseñarme muchas cosas o de lo contrario, hoy viviría con la misma creencia de cuando pequeño, porque desde temprana edad, por diferentes medios, primero me inculcaron, que yo era católico, apostólico y “Romano”, mucho antes de aprender, que era dominicano. Así funcionan los políticos. “Cosas veredes Sancho, veredes”.

Ahora, ya me parece, que no hay lugar para continuar con acciones inútiles o complicados planes, en muchas ocasiones, hasta en irresponsables compartimientos con los mismos que han producido el daño, como lo es el tránsito vehicular. Estos planes, muy buenos para dar conferencias o altisonantes discursos políticos que luego se pierden en cualquier archivo.

Si, considero que ya este pueblo, ha llegado a ver como la luz de cada día expulsa las mentiras y las negociaciones de aposentos, las mentiras y las triquiñuelas políticas, las mismas que nos hablan de esperanzas pero que, parece ser, se refieren a las de ellos porque en cuanto a las de nosotros, nos las roban al llegar la noche.

Y todo se circunscribe a un horrendo negocio donde siquiera, por vergüenza, al verbalizarlos, les produce algún tipo de borborigmos que los desenmascare en el acto.

Constituyendo lo peor, que no hay que realizar ningún tipo de estudio extremo para dejar al descubierto las vergonzosas sinuosidades de sus comportamientos y costumbres, sin que esto implique necesariamente, que tengamos que convertirnos en esclavo de Diógenes para encontrar las excepciones dentro de este cada día mayor conglomerado de indelicados metidos hasta el tuétano en el gran negocio de la política.

Por igual, no se necesita de mucha destreza para conocer el mal que el clientelismo político ha causado a este pueblo, teniendo su cenit desde cuándo, creyéndose una Ninfa Egeria, esa misma de la mitología Romana, enaltecido su ego cual una de las Carmenas del sequito de Venus, se dedicó a “regalar” todo lo que no era de ella. Pero todo esto de dar y regalar, no es mas que una gansada, es condenarlos por siempre a vivir en la miseria y la ignorancia; es quitarle el derecho a trabajar por su propio bien proporcionándoles las herramientas que les permita salir del famoso y deshumanizado interés, por el bienestar de los pobres Padres de Familia. ¡Sí señor!

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