5 de noviembre de 2024

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira

Solo una mente educada puede

entender un pensamiento diferente

al suyo, sin necesidad de

aceptarlo.

Aristóteles.

Me parece que hemos llegado al momento de que no hay nada de qué hablar que ya no se haya hecho, quizás algo paradójico, si contamos con tantos intelectos capaces de crear algo supuestamente nuevo a cada momento, pero, así estamos. Es irónica nuestra actitud, cuando pretendemos siempre copiar lo que otros hacen a sabiendas de que muy pocas veces nos salen bien, ya sea por nuestra idiosincrasia o por cosas del destino, al cual somos tan dados a entregarnos.

Tenemos especialistas en copiar leyes, reglamentos y cuantas cosas se producen en “democracias” de otros países y, nos cuestionamos; ¿por qué no elaboramos nuestra propia democracia en base a todo lo que ya conocemos de cómo debe de ser y que mejor nos funciona?; ¿por qué no dejamos de adoptar la posición de Manyouk cada vez que a alguien se le ocurre una de esas ideas fantásticas, donde por encima de todo, sobresale la ambición, es decir, la salida en busca de algo principalmente de tipo personal, donde la soberbia se manifiesta abiertamente para adquirir algún crecimiento externo, sin que por ningún lado se manifieste la aspiración, esto es, la humildad para servir.

Alguien pensó, si, tarde o temprano se verá que alguien lo hizo, porque nos desvivimos hablando sobre que este país es uno de los más adelantados tecnológicamente, pero, mientras unos se inventan cada cosa, como esa de la Corporación del arroz, en espera de que otro de estos lúcidos políticos se invente un homenaje al Malecón, otros, supuestamente más pensantes, nos hacen retrotraer a los tiempos donde se usaba el ábaco y, por eso, decimos que alguien pensó y sabrá Dios que diablos habrá pensado, aunque falta cerca de un año para saber la finalidad de este mamotreto, ya harto conocido por este pueblo, que no se olvida de los famosos “palitos”.

Y, por qué no trabajamos para establecer una primacía que sirva de ejemplo para el resto del mundo, donde se establezca una sola cámara de representantes, con no más de dos delegados por cada provincia, al mismo tiempo que se prohíba de manera definitiva la continuidad de la división territorial, ya que de todos es sabido, que solo ha sido establecido este sistema, para sostener la cada vez más insostenible cantidad de “honorables”; manutención de partidos y asociaciones de partidos parásitos? Solo hay que imaginar cuanto nos ahorraríamos en escuchar diatribas y manejos de privilegios, abusos e impunidades. Sería algo genial que repercutiría en el mundo entero. Menos mentirosos y vividores del erario. Ufff no cuesta nada soñar.

Y ya que conocemos que ese lugar no es una Duma o “lugar para pensar”, es que proponemos hacer un tabernáculo, no como lugar sagrado para proteger nuestra tan cacareada Constitución, sino, para albergar la hipocresía de muchos de nuestros “honorables”, tanto en la política como la justicia y su andanada de Cortes y sus altas personalidades ahítas de honorabilidad política partidista.

En tanto, los Haitises son destruidos por unos ambiciosos que deberían ser conocidos por muchos, ya que son quienes negocian con la Yautía que se siembra en ese lugar pero, nada pasa, no aparece ningún legislador sea o no honorable; ningún Alcalde o gobernador que vea esta situación y mucho menos, ningún comandante regional ya sea de la Policía o las fuerzas armadas y, por demás, ninguna aeronave, de esas que tanto exhiben en los desfiles carnavalescos, vuelan por encima de los Haitises con el fin de mantener control sobre la depredación de esa zona y, todo esto, a sabiendas de que, la vida va perdiendo valor en la misma proporción que se le pierde el respeto a la naturaleza. ¡Sí señor!

 

 

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