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La semana del Día de Acción de Gracias ha convertido a aeropuertos y carreteras en una avalancha de viajeros, marcando uno de los períodos más concurridos del año en Estados Unidos.
Con previsiones de un volumen récord, las autoridades y los responsables de la logística de transporte aseguran estar preparados, pero el clima, las huelgas y la infraestructura al límite ponen a prueba esa promesa.
Récord en los cielos y carreteras abarrotadas
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) anticipa revisar a 18,3 millones de pasajeros en los aeropuertos del país durante los siete días del feriado, un aumento del 6% respecto al año pasado.
Solo el domingo posterior al festivo podría superar el récord de 3,01 millones de viajeros, alcanzado en julio pasado. «Este será el Día de Acción de Gracias más ocupado en términos de viajes aéreos», declaró David Pekoske, administrador de la TSA, quien aseguró que están listos para manejar la demanda con un personal reforzado.
Mientras tanto, en las carreteras, el club automovilístico AAA estima que cerca de 80 millones de personas recorrerán al menos 50 millas desde sus hogares.
Aunque las congestiones son inevitables, los conductores cuentan con un alivio en el precio de la gasolina, que promedia 3,06 dólares por galón, una baja respecto a los 3,26 dólares del año pasado.
Huelgas y retrasos: desafíos adicionales
El Aeropuerto Internacional Douglas de Charlotte, uno de los más transitados del país, enfrentó una huelga de 24 horas protagonizada por trabajadores que exigen mejores salarios.
A pesar de las complicaciones, solo se registraron un puñado de cancelaciones y menos de 100 retrasos. Sin embargo, la protesta evidencia las tensiones laborales en un momento crucial para los viajes.
En paralelo, las cifras del lunes mostraban más de 1.600 retrasos y menos de 40 cancelaciones en vuelos en la costa este, según datos de FlightAware. La escasez de controladores aéreos sigue siendo un punto crítico que podría complicar el panorama si las condiciones meteorológicas no colaboran.
Preparativos en marcha, pero incertidumbre en el horizonte
El éxito del operativo logístico dependerá de múltiples factores: desde la coordinación entre aerolíneas y personal de aeropuertos hasta la cooperación del clima.
La TSA promete mantener las filas de seguridad por debajo de los 30 minutos para viajeros regulares y 10 minutos para quienes usan PreCheck. Mientras tanto, los viajeros en automóvil tendrán que lidiar con las congestiones habituales, pero con la buena noticia de los precios reducidos del combustible.
La semana de Acción de Gracias promete ser un desafío logístico, pero también un reflejo del espíritu de reunión que define la festividad. Los millones de estadounidenses en movimiento muestran que, a pesar de los inconvenientes, el deseo de compartir y celebrar supera cualquier adversidad.
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