25 de mayo de 2025

ARCHIVO - Migrantes haitianos vadean un río en la selva del Darién el 15 de octubre de 2022, en un recorrido de Colombia a Panamá, con la esperanza de seguir luego su viaje hacia Estados Unidos. (AP Foto/Fernando Vergara, archivo)

 

Ciudad de Panamá, 25 de abril de 2025.

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció el cierre efectivo de la selva del Darién, uno de los corredores migratorios más peligrosos y transitados del continente.

En una conferencia de prensa, Mulino declaró que la crisis migratoria en la región “ha llegado a su fin” y calificó el drástico descenso del flujo de migrantes como un logro de su administración.

73 nada más en abril. Misión cumplida”, afirmó con firmeza el mandatario, al referirse al reducido número de personas que han cruzado el Darién este mes.

La cifra representa un descenso histórico si se compara con los 194 migrantes que pasaron en marzo y los más de 29,000 registrados en abril de 2024.

En lo que va de 2025, solo 2,904 migrantes han atravesado esta peligrosa ruta selvática, frente a los más de 126,000 en el mismo período del año pasado.

Mulino atribuyó esta caída sin precedentes a una combinación de políticas implementadas desde su llegada al poder: un mayor control en los accesos a la selva, la imposición de multas a quienes ingresan de manera irregular y un programa de deportaciones financiado con apoyo de Estados Unidos.

“Estamos viendo resultados claros de una estrategia bien ejecutada. No es casualidad”, dijo el presidente.

El flujo se invierte: más retornos que entradas

Aunque el tránsito hacia el norte ha disminuido notablemente, las autoridades panameñas observan con atención un nuevo fenómeno: el aumento en los retornos hacia Sudamérica. Según cifras oficiales, en lo que va del año 7,757 personas han regresado, especialmente desde Centroamérica, empujadas por las mayores dificultades para ingresar a Estados Unidos tras el endurecimiento de las políticas migratorias con el regreso de Donald Trump a la presidencia.

Entre marzo y abril, más de 5,000 personas iniciaron su retorno, siendo los venezolanos el grupo predominante.

“Es una situación manejable. No se está generando ningún desborde”, aseguró Mulino, quien subrayó que la respuesta migratoria panameña se está coordinando estrechamente con Colombia y Costa Rica para mantener la estabilidad regional.

Impacto regional y expectativas futuras

El cierre práctico del Darién marca un cambio significativo en la geografía migratoria del continente. Durante años, esta inhóspita región fue la única vía terrestre entre Sudamérica y Centroamérica, usada por cientos de miles de personas en busca del “sueño americano”. Las políticas panameñas, sumadas al giro restrictivo en Estados Unidos, parecen haber reconfigurado este panorama.

Desde organismos internacionales y ONG de derechos humanos, aún se espera una evaluación más amplia del impacto humanitario de estas medidas, especialmente en términos de protección para personas vulnerables que quedan varadas en la ruta. Mientras tanto, el gobierno panameño sostiene su narrativa de éxito.

“Panamá ha cumplido su parte. Ahora le corresponde al resto de la región seguir el ejemplo”, concluyó Mulino.

 

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