
En una operación conjunta de inteligencia y vigilancia marítima, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) logró un importante golpe al narcotráfico internacional al incautar un total de 993 paquetes presumiblemente de cocaína, hallados en una lancha atracada en la exclusiva Marina Ocean 21, ubicada en Cap Cana, provincia La Altagracia.
El operativo, ejecutado en horas de la madrugada del sábado, culminó con la detención de tres individuos: los ciudadanos puertorriqueños Pablo José Rodríguez Irizarry y Carlos Javier Fuentes Torres, así como el dominicano Rubén Darío Félix Garó, quienes se encontraban a bordo de la embarcación al momento del allanamiento.
Según explicó Carlos Devers, vocero de la DNCD, la sustancia fue localizada en dos compartimientos ocultos dentro de la lancha.
Unos 535 paquetes fueron encontrados bajo la cubierta de proa, mientras que los otros 458 estaban escondidos debajo del sillón del puente de mando.
Todos los paquetes estaban envueltos en cinta adhesiva y marcados con diversos logotipos, un método comúnmente utilizado por redes del narcotráfico para identificar los cargamentos según su origen o destino.
Las autoridades señalaron que la embarcación había arribado recientemente a la marina y que ya se encontraban realizando labores de inteligencia sobre sus movimientos.
Este decomiso es parte de los esfuerzos continuos por parte de la DNCD y otros organismos de seguridad del Estado para contrarrestar el uso del territorio nacional como punto de tránsito para el tráfico internacional de drogas.
Los detenidos fueron puestos a disposición del Ministerio Público, mientras las autoridades continúan ampliando las investigaciones para determinar si hay otros implicados o conexiones internacionales vinculadas a este cargamento.
El alijo fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), donde se procederá a confirmar el tipo y la cantidad exacta de la sustancia.
Este nuevo decomiso se suma a una serie de incautaciones recientes que reflejan el incremento de operaciones de interdicción en costas, puertos y marinas turísticas del país, lugares que en los últimos años han sido aprovechados por redes criminales para camuflar sus operaciones ilícitas.