Toque y Despegue
Escrito por: Yolanda Tapia
El sector que envuelve a la aeronavegabilidad debe seguir movilizándose y no quedarse ensimismado por el bien de la economía de República Dominicana.Es un sector delicado por quienes lo componen y la industria aérea es cambiante pero lo más importantes es que siempre ha sabido superarse. El 11 de septiembre del 2001, a propósito de la fecha lo recordé. Y otros momentos históricos como el reciente paso de la pandemia del COVID-19. Hay que seguir con una dinámica proactiva que no se quede sólo a niveles internos así se evitan las confusiones.
Estamos en un tiempo de oro, ya no hay que mirar atrás. Pero si estar pendiente para no volver a caer. Así radica la importancia que reviste las últimas actualizaciones de la Ley No. 491-06, de Aviación Civil de la República Dominicana. Desde hace mucho se viene hablando de la, POLÍTICA DE CIELO ABIERTO, firmada recientemente por el Gobierno dominicano y los Estados Unidos, tengo escrito que en mis archivos que datan del año 2005.
Igual ocurre con el PASAPORTE DIGITAL, desde esa fecha se habla del cambio del sistema de libreta a un nivel global. “No hay dominicano que no tenga su pasaporte al día aún no esté pensando en viajar, pero por si acaso, aparece cualquier oportunidad para alzar el vuelo, “quien sabe”.
Esa expresión la escuche de una señora que esperaba ser llamada por un altoparlante para realizar la renovación de su documento de viaje en la sede principal de la Dirección General de Pasaportes, localizada en el Centro de los Héroes. Me dio la impresión de que estaba en lo cierto por las tantas personas que permanecían sentadas y otras de pies a la espera de su turno. Por cierto, que hay diferentes opciones que permiten obtener la libreta dependiendo de la urgencia de la emigración.
Entre estos están el servicio VIP que se entrega el mismo día de la solicitud entre tres o cuatro horas, el normal que consta de por lo menos cinco días laborales y el especial que incluye urgencia de último minuto o discapacidad, enfermedad y vejez. Si la misma condición física lo amerite”, eso lo escribí hace más de 15 años en mi columna para el periódico Hoy.
SISTEMA BIOMÉTRICO. – Con esta nueva modalidad la República Dominicana entra en la era de la tecnología como una forma de adecuarse a los tiempos de la modernización en cuanto a lo que es el control de los viajeros dominicanos. Esta sistematización contempla evitar los llamados “machetes”, que se utilizan para una persona penetrar a otro país con el documento de otro, con el simple hecho de injertarle la fotografía. Es decir que en pocos meses todo aquel dominicano que quiera viajar tendrá que tener su documento actualizado.
A más de dos décadas (2000-2024) de haberse establecido la innovación en el funcionamiento administrativos de los aeropuertos, es como si hubiese llegado la hora para hacer una evaluación más acabada de si ha valido la pena o la incursión del sector privado en las terminales dominicanas y una impronta para el Estado Dominicano.
Para esto habría que ver primero algunos escritos que se publicaban anteriormente y que todavía están en las memorias de muchos dominicanos y extranjeros que visitaban el país.
El modelo institucional que existía en los años de 1970, 80 y 90, concentraba una visión de seguridad nacional que aplicaba la función de gerencia, control y regulación de las actividades en los pocos aeropuertos, con el movimiento de pasajeros y mercancías en aduanas, a un esquema de seguridad que colocaba como el eje central y operatividad administrativa, con objetivos de eficacia, inspecciones, vigilancia a agentes a militares y policiales.
Hoy en día existe una estructura aeroportuaria moderna y un turismo vigoroso, y aerolíneas que entran y salen con altas y bajas por las circunstancias de la industria. Todavía quedan instituciones que se encuentran en medio del crecimiento que reconocen sobre la imperiosa necesidad de actualizarse técnica y recursos humanos, sus instalaciones físicas lo evidencias para poder operar con mejor holgura.
República Dominicana tiene que acogerse a los planes establecidos por organismos internacionales como la Organización de Aviación Civil Internacional, (OACI) y la Administración Federal de aviación Civil, de los Estados Unidos (FAA), de cara a lo proyectado para el año 2050.