17 de enero de 2025

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira

“La gran mayoría de los políticos,

al parecer, son Demonios en la oscuridad,

dirigiendo, los asuntos de los hombres”.

Se dice, que nada sucede porque sí, sino que todo es producto de una serie de eventos, los cuales se van sumando, hasta convertirse en algo que te catapulta a los cielos o te envía directo al mismo infierno, es decir, al desastre o la satisfacción, dependiendo del carácter intrínseco de esos actos.

Hoy, sin duda alguna y muy a pesar de las buenas intenciones -aunque no tanto así las aplicaciones-, vivimos con una fuerza represiva del Estado, en condiciones que dejan mucho que desear, porque son muchas las pequeñas cosas que se han hecho o dejado de hacer, que se han ido sumando para crear esta delicada ineficiencia, tanto por el lado político como por el lado institucional.

Y la cuestión no es estar en favor o contra del gobierno, sino, hacer que el mismo se mantenga alerta con la incontable intención de hacer daño, por parte, tanto de funcionarios como de políticos y “empresarios” cuyo único objetivo es hacer y poseer más dinero, sin importarle en lo más mínimo, si por la suma de pequeñas cosas que no se hacen o se hacen, se conviertan en la misma tumba de todas las buenas intenciones del gobierno.

Lacera hasta el alma, sentir el cómo los políticos y determinados funcionarios, se niegan a ejecutar un comportamiento Familo, donde su posición de ascendencia, al igual que en toda familia, esté por encima de los intereses individuales de cada uno de sus miembros.

Padecemos muchas catástrofes -sin que el termino sea alarmista- donde la decidía ha y continúa imperando; donde el desgano y hasta los complejos de ser lideres, destruyen u obstruyen el buen desenvolvimiento de las cosas. Se podría comenzar a hablar por el tema ya manió, de la Policía Nacional, donde desde hace años las teorías y los egos o manifestaciones, han parecido algo así como actos faranduleros, solo para pasar el rato.

Para eso le expongo algo simple. ¿Han notado que, en cualquier situación, la primera acción policial, es sacar el revolver o la pistola? ¿algún teórico dentro de la P.N. habrá analizado cuantas desgracias se habrían podido evitar, si esta práctica no fuese la primera opción para atacar o defenderse?

¿Han notado que esta misma acción es la que llevan a cabo los de la Digesset? ¿Alguien conoce la razón sobre este comportamiento policial? Pues quiero hacer notar, como un pequeño pero gran acto, ha traído tantas situaciones funestas y, me refiero específicamente, a la Macana.

Lo cual, por igual, traería a colación el cómo, poco a poco, el desuso en extremo de este instrumento, tanto ofensiva como defensivamente, ha traído tantas desgraciadas consecuencias. ¿Fue un acto premeditado, el abandonar el uso de la Macana? ¡No lo sé! ¿O quizás fue un acto de complejo ante el uniforme de los militares?

Lo desconozco y más, si esto se engendró primero, en la oficialidad. Reconozco la  mala fama que hicieron se granjeara este instrumento, inclusive lo tosco de las mismas pero, ahora no existen excusas para estar utilizando cosas que más que macanas, parecen bates de beisbol, porque la tecnología ha logrado hacer bastones extensibles, de muy buen aspecto y mejor funcionamiento, pero que, de nada valdrían, si antes de hacerles entrega de  los mismos, como parte integral del uniforme -cuando lo vuelvan a utilizar normalmente-, se les entrene hasta la saciedad en cuanto a la utilización eficaz de estos.

Vale decir, en este sentido, que la no utilización del uniforme de paseo, al igual que en las Fuerzas Armadas, se llevó de encuentro el sentido de pertenencia a la institución, el cual ha sido, paulatinamente, sustituido por el traje de faena, toda una aberración institucional sin que nadie le ponga el cascabel al gato. ¡Sí señor!

 

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