
Miches, República Dominicana
En medio de la incertidumbre y la angustia, una familia dominicana enfrenta una tragedia desgarradora, marcada por la desaparición de cuatro de sus miembros en alta mar.
El fatídico viaje clandestino en yola desde el municipio de Miches hacia Puerto Rico ha dejado a la comunidad local y a sus seres queridos sumidos en la preocupación y la esperanza desvanecida.
Fue el pasado 25 de febrero cuando los primos Víctor Francis Melenciano, de 34 años; Federico Evangelista Soriano, de 32; Alexander Mesa, de 30; y Ramón Antonio Montero Mesa, de 34, emprendieron la peligrosa travesía en busca de un futuro prometedor en la isla de Puerto Rico, pero desde entonces, sus paraderos son desconocidos.
Francis, residente de Mata Paloma, provincia San Cristóbal, trabajaba incansablemente para la empresa Agua Planeta Azul, soñando con un futuro mejor para sus dos hijas.
Sus aspiraciones y la búsqueda de oportunidades lo llevaron a unirse a este arriesgado viaje en yola, una decisión tomada con la esperanza de forjar un destino más próspero.
La noticia de la desaparición de esta familia ha desatado una ola de denuncias similares, ya que decenas de personas han informado la desaparición de sus seres queridos que también se aventuraron en viajes ilegales hacia Puerto Rico.
La situación ha llevado a la Armada Dominicana a poner en marcha un operativo de búsqueda, aunque lamentablemente, este comenzó 10 días después de la travesía.
La incertidumbre y la preocupación se apoderan de Miches, mientras la comunidad espera noticias sobre el paradero de los desaparecidos.
La desesperación se mezcla con la indignación por la falta de medidas preventivas para evitar este tipo de tragedias, y la pregunta que resuena es: ¿cuántas vidas más se perderán en el intento de alcanzar un sueño?
En medio de esta desgarradora realidad, la comunidad se aferra a la esperanza de que los cuatro miembros de esta valiente familia sean encontrados sanos y salvos.
Mientras tanto, las autoridades redoblan sus esfuerzos en la búsqueda, conscientes de que cada minuto cuenta en esta carrera contra el tiempo en el vasto y despiadado océano.